viernes, 4 de marzo de 2011

Groix: en busca de la Tonkinese ...Dominique Rolland






Groix miércoles, en busca de su ... Groix, caminé a la isla y el mar parecía que había hecho la primera vez. Vagamente se imaginó que iba a recibir su marca, y encuentra su silueta, entre las rocas mineralizadas. Pero nada de eso, sólo llovizna Breton sobre sus hombros. Esperé lo que en realidad no lo sé. Sentir su presencia, de pronto se convenció de que sí, que estaba allí se puso de pie, el Tonkinese, el mismo paisaje, ya que fue una vez ... se veía en el mar abierto al mar, donde no había barcos de crucero por el principal . Cuando miro el mar abajo, no hay distancia entre yo y los otros continentes, no deseo que pueda disfrutar en el pensamiento o la imaginación.

Supongo que podría ser como ella sentía lo mismo, mirando el mar, que podría hacer, por la imaginación, viajar hasta el Mar de China, el regreso imposible.

Creo que de su tristeza, pienso en su exilio.

Esperando un pequeño milagro, sí. Sé tan poco de ella, ha dejado muy poco rastro. Sin embargo, esto debería despertar la curiosidad, una hija Tonkinese, y la esposa de mandarinas en francés en la corte de Annam, que viven en Lorient como cualquier viuda, y terminando sus días en el hospicio de monjas en la corneta. Cla fue así generar algunas charlas. Es lo que se reían, se compadeció de nosotros .... Un poco de ambas cosas, supongo.

Entré en la isla como entré en la cidatelle Tono

La dificultad se deriva también del hecho de que estos llieux tienen muy poco que ver con lo que eran en el siglo XIX. Ni Groix o Lorient, o Tono. Lo que me llama la atención cuando veo fotos antiguas de Puerto Tudy es la actividad que había en el muelle, todos los pescadores, los artesanos, estos andadores, toda la vida presente y el bosque de mástiles atún.

Hoy, cuando llegamos en una mañana de invierno, no un sonido, una gran calma, al otro lado de los gritos de las gaviotas y el vuelo de una gaviota. Lejos de los ruidos de la ciudad, el silencio es un remanso de paz. Pero es también el fin de un mundo que el silencio. En verano, por supuesto, es diferente, pero la carrera de turismo no tiene nada que ver con la intensidad de la vieja vida

No sé mucho sobre la historia de Gran Bretaña de este período, con excepción de unos cuantos libros He leído unas cuantas fotos que ver, ya que trabajó en el caso de la Groix Tonkinese.

¿Cuál fue el más evocador para mí estaba de visita en el museo que alberga un patrimonio inestimable de Groix esta intensidad desapareció. Para ella, es también una increíble cantidad de conocimientos que se han eliminado, borrado de nuestras vidas. El know-how de la mar, la tierra, esta fuerte imbricación entre las cosas de la tierra y el mar que las manos no sé cómo, no hay mano más forma, ningún pensamiento puede concebir, ya que que están dando forma a más de nada. Nos hemos convertido, en menos de un siglo, supermercado los consumidores.

Y estos objetos son bellos, pulido y brillante, ya que han servido en las manos de los hombres, las mujeres, que eran los compañeros de una vida amarga y dura. Podemos acariciar los costados de los barcos, las astillas de madera sin vela tanto ...

Miro los rostros de estos hombres vestidos de medallas, de rescate en el mar, he leído su increíble historia, que mide el valor que se tardó en acudir en ayuda de los desamparados, frente a los mares sin límites, la ola de violencia sin precedentes. Y todo esto sin gloria, sólo la certeza de que tenía que ir, y punto. ¿Qué océano no se puede permitir que mueran de otros marineros, y se expone a sí mismo no es nada.

Una de ellas tiene un rostro luminoso, con una mirada intensa, impactante belleza, un teatro físico. Los ojos oscuros, mandíbula cuadrada, el pelo indomable, hoyuelo en la mejilla derecha. Un personaje real en una novela, un héroe legendario, un hombre que había derrotado a todos los corazones de Croix. Leí su nombre de correo: Víctor Jégo.Le nombre de mi bisabuela. Sí, lo sé, la Jégo hay muchos y no son todos los padres. Pero éste adopto, es como un abrir y cerrar de ojos.

La imagen que encontré en Internet no es muy buena, y eso es cuando sea mayor. Pero aún así. Es el tipo medio.

Saliendo del museo, otro guiño a la historia. Le dije a la cabeza de la historia de mi casa Tonkinoise que no sabía. Pero el nombre de Barisy le mueca de dolor. "Espera, hay una roca o un lugar, no sé bien, es allí, dijeron que en vez de Barisy, allí estaba ella sentada." Su memoria era difusa, pero el nombre que había oído una historia sobre una mujer que fue llamado el venaiit Barisy y ver el mar, no lejos de la ruta a lo largo de la costa arriba Tudy Puerto.

Ahí es donde tengo este fotógrafos de rock, donde vi la cara de perfil. Y escribí la primera frase de mi libro:

Hablamos una vez en la isla. Se dijo que un marinero había tomado por esposa a continuación, volver de allí. Se decía que a veces se sentaba al lado del mar entre las rocas, y miraba todo. Se llamaba La Croix Island Tonkinese.

La leyenda de una mujer que mira hacia otro lado de la roca ella, nadie
no me lo dijo. Me acabo de inventar.


Del Blog: mis tejidos
mestizaje crónica, la colonización a las expresiones contemporáneas de la identidad mestiza de Dominique Rolland



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