domingo, 30 de noviembre de 2014

'Los okupantes', de Emilio Calderón


Como profesor de Lengua de Secundaria, siempre estoy ojeando catálogos de editoriales buscando posibles nuevas lecturas para mis alumnos. Algún día podríamos debatir aquí la conveniencia o no de que se tengan que leer las obras de la literatura clásica en el colegio; pero, por ahora, bastará decir que me gusta combinar éstas con otras que puedan interesar a los estudiantes. Dentro del catálogo de Planeta vi 'Los okupantes', de Emilio Calderón. No es una novedad: se publicó por primera vez en 2005, y actualmente Planeta lo edita bajo el sello de lecturas juveniles Cuatro Vientos.
'Los okupantes' cuenta la historia de cuatro parejas de okupas que deciden trasladarse a la aldea de Valdemar, abandonada desde unos trágicos eventos ocurridos durante la guerra civil. En la aldea ocurren sucesos misteriosos e inexplicables, y dos de los integrantes de grupo, la pareja formada por Orson y Sara, desaparecen sin dejar rastro. Poco a poco, a través de las declaraciones de sus amigos y de los comentarios del informe policial, la obra reconstruye la historia de lo ocurrido en esos extraños y terribles días.
Tras terminar la lectura de la novela de Emilio Calderón, tengo sentimientos encontrados. Es una obra para el lector juvenil que se inscribe claramente en el género de misterio, o incluso en la tradición de la ghost story si me apuráis. De hecho, tiene un sabor inequívocamente decimonónico. La estructura narrativa es, en cierta forma original: en vez de un narrador en primera persona o uno omnisciente en tercera, la historia se articula a través de una serie de atestados policiales y el comentario a éstos. He dicho en cierta forma, si bien ese enfoque puede resultar imaginativo, también es cierto que al lector habitual del fantástico del XIX esta estrategia no le vendrá de nuevo. Calderón no esconde sus influencias, desde luego, empezando por el nombre del pueblo, a las citas literales que aparecen de Lovecraft, Hoffmann u otros escritores.
El autor malagueño sabe articular bien el terror que surge en Valdemar, y tiene buenos momentos cuando éste se va revelando a los protagonistas. El argumento en sí, como lectura para lectores jóvenes, está bien planteada y solucionada, e incluso deja en cierta forma una puerta abierta a la libre interpretación de los hechos. Pero en lo que Calderón no está demasiado acertado es en la forma que ha elegido para esta trama.
Para empezar: da la impresión de que no está bien planteada la adecuación del texto. Los diferentes personajes que dan testimonio de los hechos acaecidos son okupas; si hemos de acudir, a una caracterización prototípica (y Calderón no la niega), se trata de tres parejas de "perroflautas", como los llaman ahora, nómadas urbanos, anarcosindicalistas, punkis. Su juventud y su forma de vida debería reflejarse en la manera de hablar, pero no es así, aparte de mencionar anecdóticamente palabras de su jerga como "hay-untamiento", "maderos" (por policías) o "costilla" (por pareja). Durante el resto de sus testimonios, los personajes hablan de forma totalmente antinatural, con un lenguaje recargado y casi decimonónico.
A esto hay que añadir que esta manera ampulosa de hablar es compartida por todos los testimonios, sin diferenciar entre ellos; ni siquiera hay diferencias entre su parlamento y los comentarios que hace el investigador de policía encargado del caso. Tanto uno como otros gustan de citar a poetas o escritores... y, francamente, no me lo creo.
Los Okupantes PortadaAdemás, por si no fuera poco, la efectividad de la elección de una estructura narrativa basada en los atestados policiales se perjudica a sí misma al tener que leer hasta ¡seis veces! la misma historia. Es cierto que cada testimonio aporta un nuevo punto de vista e información suplementaria que no conocíamos hasta el momento, hasta llegar al último y decisivo, pero seis se me antojan demasiadas versiones para las pocas cosas que suceden en Valdemar.
He de decir que, con todo, las pocas reseñas hechas por adolescentes que he leído de este libro no son malas, con lo que quizá sea mi perspectiva algo estricta la que me hace ver 'Los okupantes'como una buena historia de terror que deja un sabor agridulce por una puesta en escena, a mi juicio, poco creíble.
'Los okupantes'
Emilio Calderón
Cuatro Vientos (Planeta), 2010.
Rústica. 160 pgs. 8,50€

No hay comentarios: