lunes, 8 de enero de 2024

El humor de los hermanos Marx

 

Los hermanos Marx

Cine

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El humor de los hermanos Marx

 

Para poder comprender la esencia el humor multidisciplinario de los hermanos Marx, hay que empezar hablando del llamado “teatro de vodevil”, ya que es en este tipo de teatro donde los hermanos empiezan a trabajar desde muy chicos junto a sus padres. Y es ahí mismo donde desarrollan sus talentos.

Originalmente francés, el vodevil es un género teatral que podríamos definir como de comedia lígera, frívola (sin demasiada profundidad), algo desvergonzada, picaresca, donde se van intercalando números musicales. Ahora bien, en los Estados Unidos, donde el vodevil tiene un gran auge desde fines de la década de 1880 hasta la década de 1930, ya no sólo son números musicales los que se intercalan, sino que encontramos además todo tipo de espectáculos de variedades con bailarines, malabaristas, animales entrenados, ilusionistas, cómicos, mimos, acróbatas y personajes que podemos relacionar más con el circo que con el teatro.

Ésa es la clave: variedades. Distintas disciplinas, múltiples habilidades, talentos y tipos de humor, combinados de cierta manera que podríamos definir como “caótica”.

El de los Marx es un humor de vodevil incluso cuando ya están en el cine (habiendo pasado antes de los pequeños teatros de vodevil a los grandes teatros de Broadway). Es un humor donde se rentremezclan y se enredan los recursos más diversos: tenemos el humor físico, el de las películas mudas (el propio Harpo, personaje con alma de niño travieso e insoportable, se expresa con mímica y tocando una bocina pero jamás dice una palabra); también tenemos el humor de la palabra, fundamentalmente en el ingenio agudo de Groucho; o tenemos música ejecutada con habilidad y con humor (tanto Chico como Harpo son buenos músicos). También se intercalan números músicales que suelen ser graciosos y nunca faltan el desorden, el caos, lo impensado, el desenfado.

Un perfecto ejemplo de ese humor irreverente (que no se atañe a ninguna regla) de los hermanos Marx, que incluye número musical y caos, es cuando en el film Un día en la carreras (Sam Wood, 1937) Chico toca el piano mientras Harpo dirige la orquesta. Como aparecen unos mafiosos, Chico sale huyendo y Harpo debe hacerse cargo del piano. Piano que se le va destruyendo a medida que lo toca, pero al que finalmente le quita el armazón interior y lo toca como un arpa (justamente, se llama Harpo porque es un gran arpista).

Si bien los más famosos son 3, Groucho, Harpo y Chico, en realidad los hermanos son 5: también están Zeppo y Gummo. A Gummo no lo vemos en las películas por él deja de trabajar muy pronto, antes de la etapa del cine, y termina siendo el manager de Groucho. Zeppo sí aparece en algunos films, pero más como galán que como cómico (el mito es que sí era muy gracioso, pero nunca desarrolla para el cine un papel cómico como el de sus hermanos y hace de galán en las primeras 5 películas, pero después se aparta).

Después de la primera película muda que hacen en 1921 (Humor Risk), que jamás estrenan y que se termina perdiendo (o que tal vez el propio Groucho quema por el fracaso que resulta la proyección ante los productores), las siguientes son The Cocoanuts (Los cuatro cocos, 1929) y Animal Crackers (El conflicto de los Marx, 1930), que directamente son adaptaciones de sus obras de teatro de variedades de Broadway.

Las películas de los Marx son un despliegue arrollador, atropellado, de todo tipo de situaciones y recursos humorísticos que aún hoy son admirables y por demás graciosos. Pero más allá de eso hay otra cuestión asombrosa que tiene que ver con la casi imposible tarea de llevar el caos a una obra (de teatro o de cine) y lograr una obra y no un caos.

En ese interminable desfile de variedades, de situaciones humorísticas y de enredos, las reglas están dictadas por el absurdo. Pero ese disparatado desenfreno sólo puede ensamblarse con la precisión de un mecanismo de relojería. Cada vez que los Marx desatan un embrollo de proporciones, lo convierten en un clásico del cine de humor porque detrás hay mucho trabajo, coordinación y profesionalismo: hay que ser extremadamente ordenado y meticuloso para el caos.

En el caos de los Marx reina el absurdo, pero no el azar.

 

Imagen: Groucho, Chico y Harpo en Una noche en Casablanca (Archie Mayo, 1946)

 

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