La casa que alberga los
recuerdos de Marcel Proust
Abierta al público
desde los años 70, la casa guarda los tesoros que la Sociedad de Amigos del
escritor ha ido adquiriendo tras la muerte de Proust y es un punto de encuentro
para los admiradores
Foto: EFE/EPA/YOAN VALAT
CULTURA| 10/07/2021 |12:01 |Actualizada
12:01
Redacción
La casa de la tía
Léonie es hoy uno de los lugares de peregrinaje de los admiradores de Marcel Proust , de cuyo nacimiento se cumplen
hoy 150 años, y un tesoro en la localidad francesa de Illiers-Combray,
rebautizada hace 50 años en honor al literato .
La pequeña localidad
campestre, originalmente llamada Illiers, a unos 40 kilómetros de Chartres,
quedó transformada con los recuerdos de infancia de Proust ,
que la glorificaba en su obra "En busca del tiempo perdido" bajo el
nombre de Combray.
Tan importante
era Combray en el universo proustiano que la Sociedad de Amigos del escritor , aún vigente,
logró en 1971 que fuera renombrada como Illiers-Combray en honor a la ficción
de Proust.
La casa que alberga los recuerdos de Marcel Proust
Foto: EFE/EPA/YOAN VALAT
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Hoy, todo en ella
recuerda al escritor, nacido en 1871 en el distrito XVI de París, en una casa
que fue demolida, y fallecido en 1922 en la capital, víctima de una bronquitis
mal curada y tras una vida marcada por el asma, una salud penosa que lo mantenía
en cama en largos períodos de convalecencia.
Aunque la localidad
se ha convertido en un icono, el pequeño Proust no fue tanto allí como podría
creerse debido al asma que padecía desde niño y que en su vida adulta lo llevó
a frecuentar otros rincones más beneficiosos para su salud, como Normandía.
La casa que alberga los recuerdos de Marcel Proust
Foto: EFE/EPA/YOAN VALAT
Un viaje a la vida de Proust
Pero Illiers era el
pueblo de su padre, en el que residían sus tíos Jules y Élisabeth Amiot,
transformada en la ficción en la tía Léonie y protagonista de una de las
escenas más famosas del universo de Proust.
En su búsqueda del
pasado (del tiempo perdido), el narrador de " Por el camino de Swann ", el primero de los
siete tomos de su gran obra, se transporta a su infancia en Combray al mojar
una magdalena en un té, un bizcochillo con forma de concha jacobea.
"Ese gusto era
el del pequeño pedazo de magdalena que los domingos por la mañana en Combray
(...) mi tía Léonie me ofrecía tras haberla mojado en su infusión de té o
tisana", contaba el narrador, viajando con la magdalena a aquella casa de
fachada arabesca, aquel jardín florido y aquel pequeño pueblo construido en torno a la iglesia.
La casa que alberga los recuerdos de Marcel Proust
Foto: EFE/EPA/YOAN VALAT
"Esta casa es el
único lugar que conmemora a Proust en el que podemos recordarlo con precisión,
y visitar un lugar que él frecuentaba en vida", dice a EFE Anne Imbert, de
la Sociedad de Amigos de Proust y responsable de la exposición permanente de la
casa, que añade que aunque estuvo pocas veces "influyó profundamente su
sensibilidad".
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Abierta al público
desde los años 70, la casa guarda los tesoros que la Sociedad ha ido
adquiriendo tras la muerte de Proust y es un punto de encuentro para los
admiradores del escritor. Hay quien viene por amor a la cultura y hay quien
está de paso, pero hay muchos que vienen a refugiarse en la habitación del
escritor.
El interior de la
casa, que cerrará en noviembre para una restauración profunda de dos años, fue
remodelado -cuando la familia lo donó en los años 60- en base a las
descripciones de Proust con algunos de sus muebles personales, como el del baño
que más adelante lo acompañó en París, cuando vivía en el Boulevard Haussmann.
La casa que alberga los recuerdos de Marcel Proust
Foto: EFE/EPA/YOAN VALAT
El té y las
magdalenas con forma de concha -nombre que llevan en el pueblo varios cafés y
panaderías- se exponen en el reconstruido dormitorio de la tía Léonie,
Élisabeth, la cocina de Françoise, así como las fotos de familia o el libro de
George Sand que su madre le leía antes de dormir.
Recuperación de textos inéditos de Proust
Los objetos fueron
reagrupados años después de la muerte de Proust, en una suerte de idas y
venidas que explican también en parte por qué en los últimos dos años han
reaparecido documentos inéditos de la obra de Proust, como "Les 75
feuillets", escritas en 1908, que anticipan su gran obra, así como varios
textos de la juventud del escritor.
"Tras la muerte
de su hermano, Robert Proust, el destino de los archivos del escritor fue
complicado. Pasaron a Bernard de Fallois que los conservó y trabajó en ellos
para publicar 'Jean Santoil' y de ahí a la Biblioteca Nacional, donde ahora los
investigadores pueden acceder a ellos", añade Imbert, que espera otros
textos inéditos vean la luz.
El 150 aniversario de
Proust se celebrará este fin de semana en Illiers-Combray con conferencias y
eventos en torno a la casa, pero supone sobre todo la apertura a un año de
homenajes pues en noviembre de 2022 se cumplen 100 años de su muerte.
La casa que alberga los recuerdos de Marcel Proust
Foto: EFE/EPA/YOAN VALAT
El Museo de
Carnavalet, que acaba de reabrir sus puertas con una restauración de su
habitación en París, le consagra una exposición este otoño, y habrá
exposiciones también en la Biblioteca Nacional François Mitterrand y en el
Museo de Arte e Historia del Judaísmo también en la capital francesa.
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Su catedral
literaria, como él concibió los siete tomos de "En busca del tiempo
perdido", es un referente universal de las letras y un retrato sin
precedentes de la alta sociedad de finales del siglo XIX y principios del XX,
narrado por un agudo observador.
El hecho de haber
escrito en artículos de prensa los eventos culturales y sociales del momento lo
hicieron pasar por un cronista mundano, razón que llevó a André Gidé a rechazar
su obra en la editorial Gallimard en 1912.
La casa que alberga los recuerdos de Marcel Proust
Foto: EFE/EPA/YOAN VALAT
"Por la parte de
Swann" se publicó en 1913 en la editorial Grasset gracias a la inversión
del propio Proust, que tras probar el éxito con la aparición de "A la
sombra de las muchachas en flor", ganador del Goncourt en 1919, pasó los
tres últimos años de su vida agotando sus pocas fuerzas para escribir cinco de
los siete tomos del libro.
Estaba convencido de
que su obra le sobreviviría. También en esto tuvo buen ojo.
fjb
https://www.eluniversal.com.mx/cultura/la-casa-que-alberga-los-recuerdos-de-marcel-proust/
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