jueves, 19 de marzo de 2009

Barba Azul. El realismo y el horror

| Lecturas | 17/3/09 |

por Marcela Carranza

Son muchas las cuestiones que llaman la atención en este cuento francés de la tradición oral, que aparece escrito por Charles Perrault en los Cuentos de mamá Oca, Historias o cuentos del pasado con moralejas en enero de 1697. Para comenzar no parece un cuento maravilloso. “Barba Azul” puede resultar más cercano a Edgar Allan Poe o a cualquier relato realista acerca de las andanzas de un asesino serial que al cuento de hadas tradicional, si no fuera por aquella fatídica llavecita encantada del cuarto prohibido, cuyas manchas de sangre no podían ser quitadas por ningún medio.

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Ilustración de “Barba Azul” por Gustave Doré

Pero para indagar acerca de algunas de las características de este cuento debemos remitirnos al libro del que formaba parte, un breve corpus de ocho relatos que se convirtió en una de las obras más populares en la Francia de Luis XIV, trascendiendo los límites de su país de origen y de su época. Anterior a Perrault, este cuento de la tradición oral circulaba junto a otros relatos antiquísimos entre la clase campesina francesa. Se sabe que Perrault en su libro decidió descartar o suavizar aquellos elementos del cuento tradicional que pudieran ir en contra de las costumbres y la moral de la época, especialmente las de las clases sociales superiores. Perrault era un renombrado académico y su libro, firmado por Pierre Darmancour, su hijo menor (1), contiene una dedicatoria a la sobrina de Luis XIV: Elizabeth Charlotte de Orléans. “Perrault se adapta a su público, que es el de la Academia tal vez pero sobre todo el mundano de los salones, los herederos de ‘preciosos y preciosas’, que gustan de los torneos literarios, aprecian los bordados lingüísticos y la galantería.” (2) El público de Perrault es el de los salones de Versalles y estos antiguos cuentos de campesinos no podían contradecir ciertas reglas del decoro y la moral.


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