lunes, 10 de octubre de 2011

El ciclo de la vida


Yo como, tú comes, él come
(Había una vez una flor amarilla que floreció en la laguna. Era la primera en florecer entre
todas las otras plantas de la laguna. El viento inclinó su largo tallo, y la flor se contempló en
el agua quieta y habló a los grillos)
Flor: ¡Que maravilla soy y que importante! ¿Saben que el agua de la laguna, la
tierra, toda esta planta con sus raíces, el sol y el aire, todos, todos trabajan para
que yo exista?
Grillo: Chirrr...
Mariposa: ¡Claro que eres importante! Porque sirves para que yo me alimente.
(Y con su larga trompa comenzó a beber el néctar de la flor).
Flor: ¿Quién te ha dado permiso para robar mi néctar?
Mariposa: ¿Permiso? Pero si las flores están hechas sólo para que nosotras podamos comer y podamos volar y ser hermosas...
(La mariposa se fue volando e iba tan abstraída pensando en su belleza que no
se dio cuenta que una libélula la observaba)
Libélula: ¡Que presumida! ¡No sabe ni volar bien! Por supuesto, mi vuelo es
mucho más seguro.
(Le dijo la libélula a una lombriz. Y volando directamente hacia la mariposa la
cazó con sus poderosas mandíbulas antes que ésta pudiera escapar. Se detuvo en
una pierda junto a la laguna).
Libélula: Puede ser que tengas lindos colores, pero tienes mejor sabor.
(Y se la comió. Desde el fondo de la laguna, dos sapos contemplaban la escena.
Un sapo viejo le dice al sapo gordo...).
Sapo viejo: ¡Mira esa libélula! Se está comiendo la mariposa. ¿Creerá acaso que
las mariposas son para comer?
(La libélula posada en la piedra, permanecía muy quieta tomando el sol).
Sapo gordo: No sé, pero lo que sí sé, es que las libélulas son un bocado delicioso.
(Y desdoblando su larga y pegajosa lengua atrapó a la libélula, y se la comió de
un solo bocado).
Sapo gordo: Nunca he probado comer mariposa.
(Agregó, pero el sapo notando un ligero movimiento en el agua y presintiendo
un peligro, se alejaba, y hacía bien, porque la tenue agitación del agua la había
ocasionado una culebra deslizándose en la laguna).
Sapo gordo: Por lo demás, ¿a quién le pueden importar las mariposas?
(Continuaba diciendo el sapo gordo sin darse cuenta que su amigo ya no
lo escuchaba).
Sapo gordo: Cuando lo interesante es que haya muchos bichitos para que nosotros los sapos, los amos de la laguna, podamos comer y saltar y comer y croar
y comer y . . .
(Tan distraído estaba el sapo hablando sobre las cosas apetitosas para comer,
que no sintió la presencia de la culebra hasta que ya fue muy tarde. La culebra
se tragó el sapo).
Culebra: ¡Que tontos son todos estos animales! Se creen tan importantes, cuan-60 61
PROYECTO DE MANEJO SOSTENIBLE DE LOS RECURSOS NATURALES EN EL CHACO SUDAMERICANO - GTZ
Educación y Capacitación para el Desarrollo Sostenible del Chaco Sudamericano
do en verdad no son más que un poco de comida para mí, que soy la más astuta,
la mejor cazadora, la más elegante de todas las criaturas.
(Ya anochecía y todos los animales se fueron a dormir. Pero había una lechuza,
parada en la rama baja de un árbol cercano a la laguna. La lechuza había visto a la
culebra comerse al sapo y luego quedar flotando perezosamente sobre el agua).
Lechuza: ¡Uhu! Ahí está mi desayuno. ¡Qué privilegiadas somos las aves, que
vemos desde lo alto el ir y venir insensato de las pobres criaturas terrestres!
Viento: ¡Uhu!
Lechuza: Si señor, lo que yo hago, sí tiene sentido y está muy bien calculado.
(La lechuza inexperta se dejó caer sobre la culebra y la apresó con las garras y
el pico. La culebra murió casi al instante pero con la cola hirió gravemente a la
impetuosa y torpe lechuza. Sin embargo, aun herida, ésta logró llegar a la orilla
y allí se comió a la culebra, pero al no poder volar se echó al suelo. Esa noche,
llovió con fuerza y la lechuza murió a causa de su herida, del frío y de la humedad. La lluvia produjo derrumbes, y el cuerpo quedó cubierto de tierra y piedras
junto a la laguna.
En poco tiempo, debido al trabajo de las bacterias, los restos del ave se convirtieron en abono. Abono que las raíces de una planta recogieron disuelto en el
agua y enviaron al otro extremo, en donde una pequeña flor amarilla floreció).
Flor: ¡Qué maravilla soy y que importante! ¿Saben que el agua de la laguna, la
tierra, toda esta planta con sus raíces, el sol y el aire, todos, todos trabajan para
que yo exista?
Grillo: Chirrr... (En ese momento una mariposa que revolteaba se posó en la
flor)


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