lunes, 2 de enero de 2012

"Escritos 1 " Julio Cortázar




Pañuelos

Un fama es muy rico y tiene sirvienta. Este fama usaun pañuelo y lo tira al cesto de los papeles. Usa otro, y lo tira al cesto. Va tirando al cesto todos los pañuelos usa-dos. Cuando se le acaban, compra otra caja.La sirvienta recoge los pañuelos y los guarda para ella. Como está muy sorprendida por la conducta del fama,un día no puede contenerse y le pregunta si verdaderamente los pañuelos son para tirar.Gran idiota dice el fama, no había que preguntar. Desde ahora lavarás mis pañuelos y yo ahorraré dinero.


Comercio

Los famas habían puesto una fábrica de mangueras,y emplearon a numerosos cronopios para el enrollado y apenas los cronopios estuvieron en el lugardel hecho, una grandísima alegría. Había mangueras ver-des, rojas, azules, amarillas y violetas. Eran transparentes y al ensayarlas se veía correr el agua con todas susburbujas y a veces un sorprendido insecto. Los cronopios empezaron a lanzar grandes gritos, y querían bailartregua y bailar catala en vez de trabajar. Los famas se en-furecieron y aplicaron en seguida los artículos 21, 22 y23 del reglamento interno. A fin de evitar la repeticiónde tales hechos.Como los famas son muy descuidados, los cronopiosesperaron circunstancias favorables y cargaron muchí-simas mangueras en un camión. Cuando encontraban unaniña, cortaban un pedazo de manguera azul y se la obse-quiaban para que pudiese saltar a la manguera. Así entodas las esquinas se vieron nacer bellísimas burbujasazules transparentes, con una niña adentro que parecíauna ardilla en su jaula. Los padres de la niña aspirabana quitarle la manguera para regar el jardín, pero se supoque los astutos cronopios las habían pinchado de modoque el agua se hacía pedazos en ellas y no servía paranada. Al final los padres se cansaban y la niña iba a laesquina y saltaba y saltaba.Con las mangueras amarillas los cronopios adorna-ron diversos monumentos, y con las mangueras verdestendieron trampas al modo africano en pleno rosedal,para ver cómo las esperanzas caían una a una. Alrededor de las esperanzas caídas los cronopios bailaban tregua y bailaban catala, y las esperanzas les reprochabansu acción diciendo así:Crueles cronopios cruentos. ¡Crueles!Los cronopios, que no deseaban ningún mal a las es-peranzas, las ayudaban a levantarse y les regalaban pedazos de manguera roja. Así las esperanzas pudieron ir a sus casas y cumplir el más intenso de sus anhelos: regar los jardines verdes con mangueras rojas.Los famas cerraron la fábrica y dieron un banquetelleno de discursos fúnebres y camareros que servían elpescado en medio de grandes suspiros. Y no invitaron aningún cronopio, y solamente a las esperanzas que nohabían caído en las trampas del rosedal, porque las otrasse habían quedado con pedazos de manguera y los famas estaban enojados con esas esperanzas.


Historia
Un cronopio pequeñito buscaba la llave de la puertade la calle en la mesa de luz, la mesa de luz en el dormitorio, el dormitorio en la casa, la casa en la calle. Aquí sedetenía el cronopio, pues para salir a la calle precisaba la llave de la puerta.

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