domingo, 28 de abril de 2013

[La risa / O el teléfono /Me pretextan /Hacia la vagancia] por Daniel Rojas Pachas


Todavía sufrimos esta fugacidad de la palabra.
Encaramados a la transparencia de juegos que a nadie importan
esperando a un amigo (a)
que pueda definir a golpes
Si es posible, si algo le interesa,
esta negligencia de errar a mordiscos, devorando a regañadientes la artificialidad del canto sin música y la retórica fuera de todo compromiso…
Todavía enjuagamos el sudor en camisetas percudidas y jeans bambas comprados en alguna feria fronteriza…
Y estrangular los verbos, a la luz de tales menesteres, no parece gran cosa,
El esfuerzo en fin…
Termina por convertirse en un remedio barato a la hora de joder la médula del ocio
Y silbar en la (su) oreja recitando frases sexys de reconciliación…
Es la alquimia más imbécil de todas y para qué seguir en ello como la larva sobre la carne…
¿Acaso hay goce?, ¿no te arrepientes de haber dado vuelta en aquella tonta esquina dejando al azar … trajes, cenas y corbatas? Al menos yo lo hago a cada segundo…
Y me asomo al balcón… incluso si este es imaginario y la ciudad a sus pies un poema que se abre y cierra…
Y por mucho que un sueño terrible baje y haya que arremeter con furia sexual en contra no a favor de la lectura
En algo se soluciona este inoperancia de respirar a tranco largo
Y en cuartos color pastel, pasados a perfume barato / escuchando una cumbia a lo lejos y ruidos de niños gritando y ambulancias que compiten en alaridos…
Puede que se esconda la explicación de tanta inopia insensata.
Construir ante el letargo…
la imagen de uno mismo, corriendo semidesnudo en un círculo reducido para evitar esas pesadillas de círculos aun más estrechos…
Andar sin pasos y no llegar por mucho que se corra en el aire. Se facilita…
No aprendiste acaso la única lección importante de niñez.
Coyote nunca mires abajo cuando estás en el abismo de un gran cañón…

http://danielrojaspachas.blogspot.com.ar/2010/04/la-risa-o-el-telefono-me-pretextan.html

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