domingo, 27 de diciembre de 2015

La esquina de Auggie Wren

La esquina de Auggie Wren

17:0224 MAYO, 2011
 
Esto que tienen ante ustedes es una escena espectacular escrita por Paul Auster cuando aún era un desarrapado y semidesconocido novelista neoyorquino, nada que ver con el flamante Premio Príncipe de Asturias que ocupa reportajes centrales en revistas literarias y publica cada año en Anagrama en nuestro país encaramándose sin demasiado aspaviento a las listas de best sellers…
‘Smoke’, estrenada en 1995 y dirigida a cuatro manos por el citado novelista y por el chinoWayne Wang, es culpable de mi cinefilia en un porcentaje muy elevado. Recuerdo haberla ido a ver a los madrileños cines Acteón cuando aún eran un exponente de lujo y sofisticación. Era una película minoritaria que hacía que un quinceañero de entonces se sintiera ya algo gafapasta (la palabra aún no existía) al preferirla a otras más mainstream como ‘Waterworld’, ‘La isla de las cabezas cortadas’ o ‘Juez Dredd’…
Su ritmo pausado y su cadencia monologuista tendiente al bostezo me hipnotizaron desde el momento en que el escritor interpretado por William Hurt teorizaba acerca de cómo calcular el peso exacto del humo hasta “El cuento de Navidad de Auggie Wren”, extraordinariamente recitado por Harvey Keitel a ritmo de Tom Waits, cénit final de la cinta.
Pero la escena buena es la que encabeza. Si han pinchado en ella, habrán visto como el estanquero al que da vida Keitel invita a Hurt a su casa y allí le habla de su proyecto vital: una fotografía diaria a la esquina en que se encuentra el estanco donde trabaja. Siempre a las 8 de la mañana. Llueva, nieve o relampaguee. Auggie nunca se ha cogido vacaciones en 15 años (más de 4.000 jornadas y más de 4.000 días) porque “su proyecto” es “su vida”.
Auggie (el estanquero): Este es un archivo de mi pequeño lugar (tendiéndole un álbum con todas las fotos).
Paul (el novelista)(pasando páginas del álbum) Es sobrecogedor.
A: No lo entenderás si no vas más despacio, amigo mío.
P: ¿A qué te refieres?
A: Vas muy deprisa. Ni siquiera miras las fotos.
P: Pero si son todas iguales.
A: Son todas iguales, pero cada una es diferente a la otra. Tienes días despejados y días oscuros. Tienes luz de verano y luz de otoño. Tienes días entresemana y fines de semana. Tienes a gente con abrigos y con chaquetas y tienes a gente en camiseta y shorts. Algunas veces la misma gente, otras diferente. Y a veces la gente diferente se vuelven los mismos, y los mismos desaparecen. La tierra gira en torno al sol, y cada día la luz del sol cae sobre la tierra en un ángulo diferente.
P: ¿Más despacio, eh?
A: Es lo que recomiendo.
Sin embargo, este post no es un simple homenaje al cine, que detrás hay trabajo de campo. El pasado 3 de abril, equipado con un mapa y mi entusiasmo desembarqué en una parada de Brooklyn aledaña a Prospect Park, uno de los parques más emblemáticos del municipio. La dirección exacta era 16th Street and Prospect Park West y a cada paso que daba en pos de mi meta, más convencido me hallaba de que Wikipedia me engañaba con la ubicación. Nada de aquello me sonaba a los fotogramas que había visto en la película.

Cuando llegué a mi destino y todo me parecía diferente me desmoroné tanto que solo creí poder recuperarme con una cerveza bien fría en Farrell’s, un bar irlandés situado en la citada intersección. Tras pagar siete dólares más otro de propina por mi pinta de Amstel, le pregunto al cantinero (Farrell o su hijo, supongo) si sabe de una película que se rodara allí cerca y que trataba sobre un estanco en el que nunca pasaba nada.
Y Farrell, secándose las manos mojadas de agua de la bayeta con el delantal, me dijo: “Esa película la rodaron hace 17 años en la acera de enfrente ‘muchacho’” (“boy”, en el original). Con la cerveza a medias, salí a la calle y miré la esquina que me había indicado, donde lo que había no era otra cosa sino una minúscula tienda de tartas de manzana.
Así que entré de nuevo a Farrell’s y denuncié el hecho a Farrell (o a su hijo). A lo que él me respondió: “Durante un tiempo fue una tienda de envíos postales y, desde hace unos años, es una tienda de tartas, pero es la esquina que buscas. Eso es seguro”.
Después de abandonar por segunda y última vez la cantina irlandesa a la que utilicé sin sentir nada por ella (como esas chicas de la playa solían hacer conmigo), penetré en la tienda de tartas con manos y rodillas temblorosas y pregunté al dependiente por el particular:
-¿Sabes algo de la peli que rodó aquí Paul Auster en 1994?
-Sé que se rodó algo aquí, pero nunca he visto la película y no tengo más información- fue su descorazonadora respuesta.
Él era el último eslabón. Mi fuente seca. Mi decepción en forma de empleado no cualificado. Quien había dejado a mi ilusión de ilustración en coma.
Los lugareños apostados en grupos en las esquinas de los alrededores y la gente que pasaba frente a mis narices debieron de pensar que estaba loco cuando me dispuse a hacer todas las instantáneas que pude hasta que me alcanzó el ocaso. Auggie había tenido 4.000 oportunidades y yo apenas unos minutos para explicar foto a foto, en aquella recóndita esquina de Brooklyn el paso inexorable del tiempo.
16th Street and Prospect Park West © A.M. & Thomas Peterkord
El gif del que ahora disfrutan es obra de Thomas Peterkord, gran diseñador gráfico y excelente persona cargada de paciencia a la hora de homogeneizar mi estúpido pulso.
CATEGORÍAS: BARESCINEHISTORIA
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4 comentarios para “La esquina de Auggie Wren”

  1. Sin duda parece una buena película, gracias por la recomendación. Y enhorabuena por el blog, se agradece que un new yorker nos hable de la ciudad de los rascacielos a todos aquellos que algún día nos gustaría vivirla una temporada.
  2. Quizá esa sea la grandeza de los amigos yankis: ruedan una peliculaza, con actores de campanillas como el tío Hurt y el tío Keitel, y al tartero se la trota.
    Yo tendría brevas con la cara de WIlliam Hurt dibujada con merengue.
    Que tíos más grandes los yankises…
  3. Hola Alberto:
    Te felicito por la iniciativa que has tenido. Soy una fan de esta película, y ando preparando una secuencia didáctica para estudiantes de secundaria y bachillerato sobre ello. Te agradezco mucho que compartas la esquina de Auggie con nosotros, porque me va perfecto para el material. Por cierto, ¿sabéis que sobre esta peli Isol ilustró un álbum? OS recomiendo que lo miréis, una delicia. Seguro que en él reconoceréis fotogramas de la película.
    Saludos desde Barcelona
  4. He pasado unos días en Nueva York y el sábado pasado le dije a mi chico que me apetecía mucho ir a la esquina del estanco de Smoke, ya que estábamos en Brooklyn. Como no recordaba la dirección topamos con tu blog, al final decidimos no ir. Nos habría pasado exactamente lo mismo que a ti, seguro que hasta habríamos tomado una cerveza en el Farrell’s.
    ¡Muchas gracias por tu post!

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