DELIVERANCE de John Boorman (1972)
20 de diciembre de 2010
En el último Festival de Cine de Río Negro aquí en Bariloche, tuve la posibilidad de participar en una clínica de guión a cargo del director Santiago Loza, quien pasó fragmentos de algunos films a modo de ejemplo de cuestiones relacionadas con diversos aspectos de la construcción cinematográfica. Uno de esos fragmentos, era una escena (la primera) del film Deliverance o, como se llamó en argentina La Violencia está en nosotros.
Lo que remarcaba Loza con ese ejemplo, tenía que ver con esas películas que ya en su primera escena, nos mostraban de que iba el film. El alma de la película ya está dibujada en esos primeros momentos; todo lo que la trama vaya tejiendo en los siguientes minutos, ya está condensado en esa unidad espaciotemporal de, en este caso unos largos minutos. Loza preguntó a los presentes en la clínica, qué era lo que veían, lo que sentían, cuál era la sensación primordial que nos transmitían esa primeras imágenes. Todos respondimos que había una violencia contenida, una tensión que se cortaba con cuchillo. Y lo más interesante es como Boorman construye esta tensión, esta violencia que luego se desatará explícitamente a medida que avanza el metraje. No sólo nos muestra y describe a los cuatro personajes principales (cuatro amigos de la ciudad que quieren navegar en canoas un río que pronto se transformará en un lago artificial gracias a la construcción de una represa) en apenas un minuto, sino que nos muestra ese primer contraste o, mejor, choque de culturas, de formas de vida entre ellos cuatro y los habitantes de esa américa profunda, especie de freaks, abandonados en el tiempo, ocultos a veces en la inquietante frondosidad del bosque. Y lo genial del director británico es la inclusión de un duelo musical entre uno de los protagonistas con su guitarra acústica, frente a un niño cuya fisonomía remite al gran film Freaks de Tod Browning de 1932, quien porta un banjo. Ese duelo es el eje de esta primera escena de la que estamos hablando, y a pesar de lo alegre de la situación, va enarbolando ese in crascendo de tensión, que más tarde se desatará como violencia pura, animal, de supervivencia, de barbarie.
Todo esto lo logra Boorman apelando a estos ingredientes citados, hilvanados por una inteligente puesta en escena, en la cual los planos elegidos y su duración, son ni más ni menos, los que tenían que ser.
No adelantamos más sobre la trama, sólo resaltar que el film habla de esa violencia que existe en los aparentes buenos ciudadanos, a partir de una situación extrema que corre el velo sobre las verdaderas personalidades, creencias y comportamientos de los cuatro amigos.
Como dije en la radi, es un film difícil de conseguir en los videoclubes, ya que nunca se editó en DVD, y los vhs ya han desaparecido de los anaqueles. Aquellos que quieran verla, escriban a info@anbariloche.com.ar y nos pondremos de acuerdo para que puedan disfrutar de este gran film.
No hay comentarios:
Publicar un comentario