jueves, 30 de diciembre de 2010

EL HOMBRE DE AL LADO (2010)

EL HOMBRE DE AL LADO (2010) de Gastón Duprat y Mariano Cohn

10 de diciembre de 2010

ANB ::El mirador - EL HOMBRE DE AL LADO (2010) de Gastón Duprat y Mariano Cohn

Una casa diseñada por el arquitecto Le Corbusier (la única en Latinoamérica que existe en la ciudad de La Plata). Otra casa lindera, probablemente un modesto PH. Dos hombres que las habitan. En una un diseñador muy cool, que vive con su familia compuesta por su mujer (que lo insulta y maltrata todo el tiempo, excepto cuando le pide “un piquito”) y una hija preadolescente totalmente “ida”. Del otro lado está el cordobés Araoz, se acuerdan de este excesivo actor mediterráneo? tal vez perdido en su estereotipo, rescatado aquí en este entretenido, irónico, riguroso y sorprendente film que la dupla Cohn/Duprat nos ha dado en el 2010. Estos son los elementos básicos que componen esta película, a la cual le agregamos el punto conflictivo, aquello que enfrentará a estos dos vecinos; una ventana ilegal que Araoz construye en la medianera, y que deja al diseñador (Rafael Spregelburd) desnudo a la vista de su excéntrico, ordinario y algo peligroso vecino.

Uno recuerda al ver esa ventana que osa molestar la excelencia de Le Corbusier, a esas numerosas ventanas que pueblan el excelente cortometraje de Gustavo Taretto llamado “Medianeras”. En él se decía algo así como que las vías de escape, las salidas, siempre son ilegales, en referencia a esas ventanitas que pululan en casi todos los edificios porteños. Y aquí, Araoz sólo quiere un poquito de luz y se manda a romper la pared, sin avisar, en un claro modus operandi argentino.

A partir de esta situación, empieza lo mejor, que es la descripción descarnada de una clase social (la media) que no ahorra en miserias. Las de éste diseñador que degrada a sus alumnos, que evade con mentiras a su rival, que se mofa, que miente para luego acobardarse y un largo etc. de miserias humanas. El vecino no es mejor que él, con lo cual estamos cerca de uno de esos universos muy propios del cine de los hermanos Cohen, pero sin caer en los extremos del miserabilismo que últimamente muestran los cineastas hermanos en sus dos últimos trabajos estrenados.

Es destacable, que siendo estos dos directores reconocidos outsiders del mundo cinematográfico (no estudiaron cine, ni son cinéfilos, ni se criaron en la industria y se han desempeñado básicamente en la televisión), hagan gala de una rigurosa puesta en escena que busca todo el tiempo congeniar el tema con la forma. Una película que se ha hecho con poco dinero y mucho ingenio.

Un par de escenas que son un hallazgo: la inclusión de un elemento de la tecnología (una videocámara) en manos de un personaje, cosa que no es novedosa, salvo aquí, que se utiliza para mostrar sin dicurso a una clase social. La otra escena, que en realidad son dos, tiene que ver con un número musical que el personaje de Araoz realiza tan sólo con una caja de cartón, dos botas de vaquero para dedos, una banana, unas fetas de jamón y Ketchup. Se preguntarán que es eso?; podemos decir que el contrapunto humorístico entre tanta tensión acumulada, que tendrá una resolución inesperada.

Trailer


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